Prevención del consumo de drogas y alcohol a bordo: seguridad y responsabilidad en el mar

En el ámbito marítimo, la seguridad depende de la lucidez. Cada decisión, cada maniobra y cada segundo de atención pueden...
Prevención del consumo de drogas y alcohol a bordo: seguridad y responsabilidad en el mar

En el ámbito marítimo, la seguridad depende de la lucidez. Cada decisión, cada maniobra y cada segundo de atención pueden marcar la diferencia entre una operación exitosa y una tragedia. Sin embargo, el consumo de alcohol y drogas continúa siendo uno de los principales factores de riesgo a bordo, afectando la capacidad física y mental de la tripulación, y comprometiendo la seguridad de todos.

El alcohol: una droga normalizada pero letal

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol posee las dos principales características de las drogas adictivas: el potencial de adicción y la dependencia psicológica. Aunque muchas personas lo perciben como una sustancia socialmente aceptada, sus efectos en el cerebro son profundos y peligrosos.
En países como China, el número anual de muertes por intoxicación alcohólica supera la cifra combinada de todas las demás drogas ilegales en el mundo, razón por la cual se le conoce como “el rey de las drogas” (Noticias de Cruceros, 2023).

El consumo de alcohol o drogas a bordo puede causar:

  • Pérdida de equilibrio y coordinación.

  • Deterioro del juicio y la capacidad de reacción.

  • Fatiga, somnolencia y comportamiento de riesgo.

  • Reducción del rendimiento y aumento de accidentes.

 

Estas alteraciones, en un entorno donde se opera maquinaria pesada y se requiere atención constante, pueden tener consecuencias fatales. Casos documentados como los del carguero “Sea Grand” en Busan o el “Scot Carrier” en el Mar del Norte demuestran que el consumo de alcohol al mando de un buque puede terminar en colisiones, daños estructurales y pérdida de vidas humanas.

Políticas internacionales de prevención

El Convenio Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de Mar (STCW) de la Organización Marítima Internacional (OMI) establece normas claras para prevenir el abuso de alcohol y drogas entre los tripulantes.
Entre sus disposiciones principales se encuentran:

  • Limitar la concentración de alcohol en sangre (BAC) a un máximo de 0,05 % o 0,25 mg/L en aliento para el personal de guardia.

  • Prohibir el consumo de alcohol al menos 4 horas antes del turno de servicio.

  • Impedir que personas bajo los efectos de drogas o alcohol realicen tareas críticas o de seguridad.

  • Implementar políticas escritas, programas educativos y pruebas aleatorias de control.

La regulación colombiana: compromiso con la seguridad

En Colombia, la Dirección General Marítima (DIMAR) emitió la Circular PDFA-CR-20240159, que refuerza el compromiso nacional con la seguridad marítima.
La circular exige a las embarcaciones bajo bandera colombiana:

  • Aplicar una política de tolerancia cero frente al consumo de alcohol y drogas.

  • Realizar pruebas aleatorias y sin previo aviso a bordo.

  • Promover la educación continua sobre los efectos del consumo.

  • Garantizar que ningún tripulante bajo los efectos de sustancias psicoactivas desempeñe funciones relacionadas con la seguridad o la prevención de la contaminación.

Además, DIMAR recuerda que la posesión o contrabando de drogas constituye un delito penal, con consecuencias que pueden incluir arresto de tripulantes, multas, detención o incluso confiscación del buque.

Un llamado a la cultura de seguridad

La prevención no se trata solo de cumplir normas, sino de construir una cultura de responsabilidad.
La seguridad marítima depende del compromiso de cada miembro de la tripulación, del liderazgo del capitán y del cumplimiento riguroso de los sistemas de gestión de seguridad (SMS).
Una política efectiva debe combinar formación, supervisión y control, junto con un entorno laboral que reduzca factores de riesgo como el estrés o el aislamiento.

Como recordó recientemente el Comité de Expertos de la plataforma MarinSmart:

 

“Una gota de alcohol consentida por un miembro de la tripulación puede provocar el derrame de lágrimas por parte de sus seres queridos.”

Conclusión

Navegar sobrio es navegar seguro.
La prevención del consumo de alcohol y drogas no es solo una obligación reglamentaria, sino un acto de respeto por la vida, la tripulación y el mar. Cada decisión consciente contribuye a que los buques regresen a puerto, y las familias, a reencontrarse con sus seres queridos.

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